El nervio vago es una de las palabras de moda en el ámbito de la salud. Todo tipo de técnicas y productos tienen como objetivo "estimular el nervio vago", pero ¿por qué es esto tan importante?
La vida moderna pasa factura a nuestro sistema nervioso, que no ha evolucionado mucho desde los tiempos en que vivíamos sin tecnología las 24 horas del día, sin luz eléctrica, sin contaminación, sin disruptores hormonales, sin trabajar en oficinas sin luz natural y con una estimulación generalmente constante. Nuestro sistema nervioso tiene dos aspectos o lados: está el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático (controlado en parte a través del nervio vago).
El sistema nervioso simpático es el responsable de la respuesta de lucha o huida. Se estimula ante nuestra respuesta al estrés y, aunque resulta bastante útil para escapar de un peligro temporal (cuando nuestros ancestros lejanos eran perseguidos por un lobo o un tigre), no resulta tan útil si la estimulación se vuelve constante e incesante.
De hecho, el sistema nervioso simpático se verá estimulado por el estrés general causado por las prisas por llegar a tiempo al trabajo, cumplir con los plazos, preparar a los niños y llevarlos al cole a tiempo, quedarse despierto hasta muy tarde para hacer las cosas, etc. Es fácil ver cómo la mayoría de nosotros usamos ese lado de nuestro sistema nervioso GRAN PARTE DEL TIEMPO la mayoría de los días.
El sistema nervioso parasimpático (el que nos interesa cuando hablamos del nervio vago) es la parte de tu sistema nervioso responsable del “descanso y la reparación”, permitiendo la renovación celular, la desintoxicación y la restauración suprarrenal. Todas estas son claves para evitar la mayoría de las enfermedades crónicas. Cuando el sistema nervioso simpático (lucha o huida) se estimula, el otro lado (parasimpático, descanso y reparación) se suprime, y ahí es donde comienzan los problemas.
En nuestra vida moderna llena de sobreestimulación, básicamente necesitamos calmar la respuesta de lucha o huida y estimular el descanso y la recuperación. ¿Cuál es la forma más rápida de hacerlo? ¡Estimulando el nervio vago! Esto ayuda a reducir nuestra presión arterial, disminuir nuestra frecuencia cardíaca y, en general, calmar nuestro sistema.
Hay algunas maneras de lograr esta "estimulación del nervio vago", gracias a su omnipresencia en nuestro cuerpo; de hecho, es el más largo de nuestros nervios, extendiéndose desde nuestro colon (de ahí que el estreñimiento y el estrés puedan y a menudo vayan de la mano) hasta nuestra cabeza, recorriendo la mayoría de los órganos principales en su camino.
Sus ramas también se extienden hasta (¿lo adivinaste?) nuestros oídos. Nuestro oído externo contiene muchas terminaciones nerviosas que actúan como un canal o vía hacia nuestros sistemas nerviosos parasimpáticos.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Leeds en 2019 demostró que estimular una zona correspondiente a la rama auricular del nervio vago (ABVN) en las partes externas de la oreja durante 15 minutos al día durante dos semanas redujo la respuesta de “lucha o huida” en los voluntarios. También se descubrió que ayudó a mejorar el sueño, el estado de ánimo y el equilibrio autónomo en comparación con el grupo placebo.
Con los Starter Kits de dot·on , tendrás acceso a los protocolos desarrollados por nuestra cofundadora Carole Duménil, acupuntora con más de 20 años de experiencia. Muchos de ellos estimularán el nervio vago, calmando tu sistema nervioso de forma continua. Esto te ayudará a estar más centrado/a y equilibrado/a frente al estrés de la actualidad.